(Del libro "Los chistes que le contaron al papa Francisco")
Preocupada por las travesuras de sus dos hijos, una madre muy católica habla con el cura de su parroquia y le pide que les quite el diablo del cuerpo. El cura acepta y los exorciza, pero nada, los pibes siguen con el demonio en el cuerpo. Entonces lo llevan al obispo de la zona pero nada. Entonces, los llevan con un cardenal, y nada. Subiendo la línea jerárquica, los llevan con el Papa emérito Benedicto XVI, que no tiene ya mucho que hacer pero sabe de teología. Benedicto hace un capolavoro: les pone la cruz en la boca, les abre latín, les hace tragar la hostia, pero nada. Los pibes, endemoniados. Entonces Benedicto XVI dice:-Acá tiene que intervenir mi sucesor, Francisco I.-
Francisco acepta el desafío y pide que le traigan a los chicos, pero por separado.
Al día siguiente, la madre lleva al más chico al Vaticano y lo deja solo con el Papa. Francisco lo mira muy serio y empieza:
-Hiciste mucho daño, tu familia está muy preocupada por vos, crees que nada sabe lo que hiciste, pero nada escapa los ojos de Dios. A ver ,dónde está Dios?
El chico se asusta y a cambio de contestar permanece mudo. Francisco insiste:
-Dónde está Dios? A ver, eh? Adónde está Dios?-
El niño cada segundo muestra más terror en su cara y el santo padre continúa:
-Dónde está Dios? Dónde está Dios?-
Entonces el chico sale corriendo, va a su casa, se mete en el armario donde sabe que está escondido su hermano mayor que le pregunta qué es lo que pasó. El chico contesta:
-No sé, parece que creen que secuestramos a Dios y lo están buscando.-
BWAHAHAHAAAHA!
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