Caaba: s. Piedra de gran tamaño ofrecida por el arcángel Gabriel al patriarca Abraham, que se conserva en la Meca. Es posible que el patriarca le haya pedido al arcángel, un pedazo de pan.
Cenobita: s. Hombre que piadosamente se encierra a meditar sobre el pecado, y que para poder mantenerlo fresco en la memoria, se une a una comunidad de atroces pecadores.
Centauro: s- Dícese de los miembros de una raza de personasque vivió antes que la división del trabajo alcanzara su actual grado de diferenciación, y que obedecían a la antigua máxima económica “A cada hombre su propio caballo”. El mejor fue Quirón, que unía la sabiduría y las virtudes del caballo con la celeridad del hombre.
Cerbero: s. El perro guardián del Hades, que preservaba su entrada, nadie sabe contra quien, ya que todo el mundo más tarde o más temprano, debía traspasarla, aunque en realidad nadie deseaba hacerlo. Es bien sabido que Cerbero tuvo tres cabezas , pero algunos poetas le atribuyeron hasta un centenar. El profesor Graybill, cuyo docto y profundo conocimiento del griego da a su opinión un peso enorme, ha promediado todas esas cantidades, llegando a la conclusión de que Cerbero tuvo veintisiete cabezas; reflexión que hubiese sido decisiva si el profesor Graybill hubiese sabido a) algo de perros y b) algo de aritmética.
Clerigo: s. Hombre que se ocupa de administrar nuestros negocios espirituales, como método de beneficiar sus propios negocios temporales.
Clío: s. Una de las Nuevas Musas. Clío tenía como función presidir la historia. Lo hizo dignamente. La mayoría de los más prominentes ciudadanos de Atena ocuparon asientos en el estrado cuando hablaban los señores Jenofonte, Herodoto y otros oradores notorios.
Convento: s. Lugar de retiro donde se recluyen las mujeres que desean tener tiempo libre para meditar sobre el vicio de la pereza.
Cristiano: s. Individuo que cree que el Nuevo Testamento es un libro de iluminación divina que reconoce admirablemente las necesidades espirituales de su vecino. Todo aquel que sigue las enseñanzas de Cristo en la medida que no sean incompatibles con una existencia de pecado.
Cruz: s. Símbolo religioso de la Antigüedad, cuyo significado, erróneamente se atribuye al acontecimiento más solemne de la historia de la Cristiandad, pero realmente es anterior en milenios. Muchos lo han visto idéntica a la “crux ansala” del viejo culto fálico, pero su principio se ha observado mucho más lejos, hasta los ritos de los pueblos primitivos. En la actualidad, poseemos la Cruz Blanca, símbolo de castidad, y la Cruz Roja, emblema de clemente imparcialidad en tiempos de guerra.
Cupido: s. Llamado dios del amor. Es la bastarda creación de una bárbara fantasía que fue condenada innegablemente a la mitología para que purgara los pecados de sus dioses. De todos los pensamientos que carecen de belleza y de verdad, este es el más absurdo y ofensivo. La simple genialidad de personificar al amor sexual mediante un bebé semiasexuado, de comparar con flechazos los dolores de la pasión, de introducir en el arte a ese gordito para hacer carne el sutil espíritu y la sugestión de una obra, todo esto es merecedor de una época que, inmediatamente después de darlo a luz, lo abandonó en el umbral de la posteridad.
BWAHAHAHAAAHA!
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