sábado, marzo 05, 2005

La mentira tiene patas cortas.

Una monjita se sube a un taxi en plena noche. El taxista durante todo el camino se le queda mirando por el espejo y cuando ella se da cuenta, le pregunta:-Hijo, que es lo que ves?-
-Perdón madre, me da no se que decírselo. Yo no quisiera ofenderla.-
-Pero hijo mío, en mi vida he visto muchas cosas y no creo que puedas decirme algo que me pueda ofender.-
-Bueno, es que toda mi vida tuve la fantasía de que una monja me haga sexo oral.-
La monja se queda sin habla y dice:
-Pues, no se, en primer lugar tendrías que ser católico y además tendrías que ser soltero.-
El taxista, emocionado, responde:-Si! Yo soy católico y soltero!-
La monja se quedo sin argumentos y acepta la propuesta del taxista, quien dobla por un callejón donde la monja cumple su deseo. Cuando terminaron, el taxista se larga a llorar y la monja le pregunta:-Hijo, que te pasa? Por que lloras?-
-Perdóneme madre. He pecado! Soy judío y estoy casado.-
-No te preocupes, yo soy gay, me llamo Arturo y voy a una fiesta de disfraces.-
BWAHAHAHAAAHA!

2 comentarios:

Janet Chalou dijo...

¡Ja, ja, ja, ja!

Ichinén dijo...

Los clásicos no mueren.