(Del libro "Los chistes que le contaron al papa Francisco")
Estaba Jesucristo clavado en Cruz. De pronto mira el ladrón que cuelga a su izquierda y le dice:
-Hijo, acércate.-
El ladrón hace lo posible pero le sujeción se lo impide.
-Mi buen Jesús.-dice.-No puedo sacarme los clavos!-
-Ah.-suspira Jesús y se vuelve al ladrón de su derecha.
-Tú, hijo mío, acércate,-
El ladrón hace todos los ademanes posibles, pero tampoco tiene resultado.
-Señor, no puedo...-
-Par de inútiles, no van a salir en la estampita!-
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