domingo, enero 22, 2006

Lo primero es la familia.

Estaban unos curitas misioneros pidiendo caridad para los pobres en las casas de un barrio de clase alta. Cuando llegan a una de estas casas, tocan la puerta y abre una señora. Los curitas dicen:
- Dios la bendiga, buena dama. Somos hermanos de Cristo.
- ¡Pues qué bien se conservan!
BWAHAHAHAAAHA!

2 comentarios:

Janet Chalou dijo...

¡Ja, ja, ja! La viejita tenía razón.

Ichinén dijo...

Si, bueno, lo literal siempre te da esa impresión, pero no lo es.