sábado, mayo 23, 2009

Gracias por el fuego (Juana de Arco)

Abraham llevó a su hijo al desierto. Lo ató a un árbol y comenzó a hacer una fogata debajo de sus pies. De las alturas, una voz retumbó:
-Abraham, Abraham que hacés?-
-Señor, estoy sacrificando mi hijo, conforme a tu voluntad!-
-No Abraham, yo solo quería medir tu fe.-
-Pero Señor…-
-Suelta al niño!!!-
Abraham soltó a su hijo que salió corriendo. Mientras el niño corría, Abraham gritaba:
-Vuelve hijo, vuelve. El Señor te liberó.-
El niño paró bien lejos y gritó:
-Libero un carajo! Si yo no fuera ventrílocuo, estaría quemado!-
BWAHAHAHAAAHA!

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