Realidad: s. El sueño de todo filósofo loco. Lo que queda en el filtro cuando se filtra un fantasma. El nucleo del vacío.
Reina: s. Mujer que gobierna en el reino cuando hay un rey, y por medio de quien el reino es regido cuando no lo hay.
Relicario: s. Recipienmte propuesto a recibir objetos sagrados, tales como fragmentos de la verdadera cruz, costillas de santos, las orejas de la burra de Balaam, los pulmones del gallo que incitó a Pedroal arrepentimiento, etc. Los relicarios son generalmente de metal y tienen una cerradura para impedir que el contenido se derrame y obre milagros en momentos inadecuados. Cierta vez, una pluma del Ángel de la Anunciación escapó mientras se pronunciaba un sermón en la basílica de San Pedro y cosquilleó de tal modo en las narices de la congregación, que todos despertaron y estornudaron tres veces, con gran vehemencia. La Gesta Sanctorum refieren que un sacristán de la catedral de Canterbury sorprendió a la cabeza de San Dionisio en la biblioteca. Amonestado por el rígido guardián, respondió que estaba buscando un cuerpo de doctrina. Este chiste de mal gusto enfureció tanto al dioseciano, que el ofensor fue notoriamente excomulgado, arrojado a una fosa y reemplazado por otra cabeza de San Dionisio, traída de Roma.
Religión: s. Hija del terror y la esperanza, que vive manifestando a la Ignorancia la naturaleza de lo Insondable.
Revelación: s. Libro famoso en que el divino San Juan ocultó todo lo que sabía. El descubrimiento corre por cuenta de los críticos, que no saben nada.
Rey: s. Personaje masculino al que suele llamarse en los Estados Unidos “una cabeza coronada”, aunque nunca usa corona y por lo general no tiene cabeza digna de ese nombre.
Rezar: v. i. Pedir que las leyes del universo sean abolidads en beneficio de un solo peticionante, declaradamente indigno.
BWAHAHAHAAAHA!
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