Sabbath: s. Sábado para los judíos , domingo para los cristianos. Fiesta semanal que tiene su origen en el hecho de que Dios hizo el mundo en seís días y fue detenido el séptimo. Entre los judíos, la observancia de la festividad estaba ordenada por un Mandamiento cuya versión cristiana es: “Recuerda, al séptimo día, hacer que tu prójimo lo respete plenamente.” Al creador le pareció apropiado que el Sabbath fuera el último día de la semana, pero los primitivos Padres de la Iglesia opinaban de otro modo.
Sacerdotalista: s. El que cree que unclérigo es un sacerdote. El rechazo de esta importantísima doctrina es el desafío más audaz que han lanzado los Neo-Diccionaristas al rostro de la Iglesia Episcopalista.
Sacramento: s. Solemne ceremonia religiosa a la que se imputan diversos valores de energía y significación. Roma tiene siete sacramentos, pero las iglesias protestantes, menos florecientes, solo pueden permitirse dos, y de inferior santidad. Algunas sectas menores no tienen sacramento alguno: ahorro vil que indudablemente las llevará a la perdición.
Sagrado: adj. Consagrado a una intención religiosa; p[rovisto de un carácter divino; capaz de infundir pensamientos y emociones pomposos. Por ejemplo: el Dalai Lama del Tibet; el moogum de Mbwango: el Templo de los Monos en Ceilán : la Vaca en la India; el Cocodrilo, el Gato y la Cebolla del Antiguo Egipto; el Muftí de moosh.; el pelo del perro que mordió a Noé, etcetera.
Santo: s. Pecador fallecido, revisado y editado. La Duquesa de Orleáns cuenta que aquel viejo e irrespetuosos mentiroso, el mariscal de Villeroi, que en su juventud había conocido a San Francisco de Sales, dijo al oir que lo consideraban un santo: “Estoy encantado de enteraarme de que Monsieur de Sales era un santo. Le gustaba decir groserías y solía hacer trampas con los naipes. Por lo demás, era un perfecto caballero, aunque un tonto.”
Sarcófago: s. Entre lo griegos, ataúd que, habiendo estado hecho de cierta clase de piedra carnivora, tenía la singular propiedad de devorar el cadáver colocado en su interior. El sarcófago conocido por lo modernos exequiógrafos es, generalmente, un producto del arte del carpintero.
Satanás: s. Uno de los lamentables errores del Creador. Habiendo recibido la categoría de arcángel, Satanás se volvió desagradable y fue finalmente, expulsado del paraíso.
A mitad de camino en su caída, se detuvo, reflexiono un instante y volvió.
-Quiero pedir un favor.-dijo.
-¿Cual?-
-Tengo entendido que el hombre está por ser creado. Necesitará leyes.-
-¡Que dices, miserable! Tu, su enemigo señalado, destinado a odiar su alma desde el alba de la eternidad, ¿Tu pretendes hacer sus leyes?-
-Perdón; lo único que pido, es que las haga el mismo.-
Y así se ordenó.
Sátiro: s. Uno de los pocos personajes de la mitología griega cuya existencia reconoce la mitología hebrea. (Levitico XVII, 7) En un comienzo, el sátiro era un miembro de una comunidad licenciosa que rendía un tibia sumisión a Dionisio, y que luego pasó por muchas transformaciones y perfeccionamientos. Suele confundirsele con el fauno, invención romana, más tardía y decente, que se parecía menos a un hombre y más a un chivo.
Símbolo: s. Algo cuya supuesta función es plasmar o representar otra cosa. Muchos símbolos son meras “supervivencias”, cosas que no poseyendo ya provecho siguen estando porque hemos heredado la tendencía a fabricarlos: como las urnas funerarias talladas en los monumentos recordatorios. Antaño eran urnas verdaderas que contenían las cenizas de los muertos. No logramos dejar de hacerlas, pero podemos darles un nombre que disimule nuestra incapacidad.
Sirena: s. Uno de los varios portentos musicales célebres por su inútil intento de quitar de la cabeza a Odiseo la idea de una vida oceánica. Figurativamente, dama de espléndida ofrenda, perversa intención y frustrante beneficio.
BWAHAHAHAAAHA!
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