jueves, junio 25, 2015

Sukaina. (Galeano)

(Relato perteneciente a Espejos, una historia casi universal.)
En algunas naciones musulmanas, el velo es una cárcel de mujeres: una cárcel ambulante, que en ellas anda.
Pero las mujeres de Mahoma no llevaban la cara cubierta, y el Corán no menciona la palabra velo, aunque si aconseja que, fuera de casa, las mujeres se cubran el cabello con un manto. Las monjas católicas, que no obedecen al Corán, se cubren el cabello, y muchas mujeres que no son musulmanas usan manto, mantilla o pañuelo en la cabeza, en muchos lugares del mundo.
Pero una cosa es el manto, prenda de libre elección, y otra el velo que, por mandato masculino, obliga a esconder la cara de la mujer.
Una de las más encarnizadas enemigas del tapacaras fue Sukaina, bisnieta de Mahoma, que no solo se negó a usarlo, sino que lo denunció a gritos.
Sukaina se casó cinco veces, y en sus cinco contratos de matrimonio se negó a aceptar la obediencia al marido.
BWAHAHAHAAAHA!

miércoles, junio 17, 2015

Teresa. (Galeano )

(Relato perteneciente a Espejos, una historia casi universal.)
Teresa de Ávila había entrado al convento para salvarse del infierno conyugal. Más valía ser esclava de Dios que sierva de macho.
Pero San Pablo había otorgado tres derechos a las mujeres: obedecer, servir y callar. Y el representante de Su Santidad el Papa condenó a Teresa por ser fémina inquieta y andariega, desobediente y contumaz, que a título de devoción inventa malas doctrinas contra San Pablo, que mandó que las mujeres no enseñasen.
Tersa había fundado en España varios conventos donde las monjas dictaban clases y tenían autoridad, y mucho importaba la virtud y nada el linaje, y a ninguna se le exigía limpieza de sangre.
En 1576, fue denunciada ante la inquisición, porque su abuelo decía ser cristiano viejo pero era judío converso y porque sus trances místicos eran obra del Diablo metido en cuerpo de mujer.
Cuatro siglos después, Francisco Franco se apoderó del brazo derecho de Teresa para defenderse del Diablo en su lecho de agonía. Por esas vueltas raras de la vida, por entonces Teresa ya era santa y modelo de la mujer ibérica y sus pedazos habían sido enviados a varias iglesias de España, salvo un pie que fue a para a Roma.
BWAHAHAHAAAHA!

martes, junio 09, 2015

Las intrusas perturban una tranquila digestión del cuerpo de Dios. (Galeano)

(Relato perteneciente a Memoria del Fuego.)
1979, Madrid

En una gran iglesia de Madrid, con misa especial se celebra el aniversario de la independencia argentina. Diplomáticos, empresarios y militares han sido invitados por el general Leandro Anaya embajador de la dictadura que allá lejos se está ocupando de asegura la herencia de la patria, la fe y demás propiedades.
Bellas luces caen desde los vitrales sobre los rostros y vestimentas de señoras y señores. En domingos como este, Dios es digno de confianza. Muy de vez en cuando alguna tosecita decora el silencio, mientras el sacerdote va cumpliendo el rito: imperturbable silencio de la eternidad, eternidad de los elegidos del Señor.
Llega el momento de la comunión. Rodeado de guardaespaldas, el embajador argentino se acerca al altar. Se arrodilla, cierra los ojos, abre la boca. Pero ya se despliegan los blancos pañuelos, ya los pañuelos están cubriendo las cabezas de las mujeres que avanzan por la nave central  y las naves laterales: las madres de Plaza de Mayo caminan suavemente, algodonoso rumor, hasta rodear a los guardaespaldas que rodean al embajador. Entonces lo miran fijo. Simplemente, lo miran fijo. El embajador abre los ojos, mira a todas esas mujeres que lo están mirando sin parpadear y traga saliva, mientras se paraliza en el aire la mano del sacerdote con la hostia entre dos dedos.
Toda la iglesia está llena de ellas. De pronto en el templo ya no hay santos ni mercaderes, ni nada más que una multitud de mujeres no invitadas, negras vestiduras, blancos pañuelos, todas calladas, todas de pie.
BWAHAHAHAAAHA!

miércoles, junio 03, 2015

Para decir "Ni una menos", hay que dejar de leer las 50 sombras de Grey.

En el día de la marcha, mi colaboración. Coincido con la iniciativa, pero el doble discurso de estar en contra del femicidio y consumir el libro donde se hace apología del maltrato femenino, me parece hipócrita e incoherente.
BWAHAHAHAAAHA!