(Microrrelato perteneciente al libro "Fábulas fantásticas".)
Ciertos paganos
cuyo ídolo estaba muy deteriorado lo arrojaron al río. Luego, erigieron uno
nuevo y se entregaron a la adoración pública, a sus pies.
-¿Qué significa
todo esto?-preguntó el nuevo Ídolo.
-Padre del
regocijo y del Coagulo,-dijo el Gran Sacerdote.-se paciente y te instruiré en
las doctrinas y ritos de nuestra santa religión.-
Un año después,
tras un curso de estudios de teología, el Ídolo pidió que lo arrojaran al río,
declarándose ateo.
-No permitas que
eso te moleste,-dijo el Gran Sacerdote.-yo también lo soy.-BWAHAHAHAAAHA!