Vampiro: s. Demonio que tiene la reprochable costumbre de devorar los muertos. Su existencia ha sido disputada por polemistas más interesados en despojar al mundeo de creencias reparadoras que de reemplazarlas por otra mejores. En 1640 el Padre Sechi vio un vampiro en un cementerio próximo a Florencia y lo atemorizó con el signo de la cruz, Lo describe dotado de muchas cabezas y de un numero extraordinario de piernas, y no dice que lo vio en más de un lugar al mismo tiempo. El buen hombre venía de cenar y explica que si no hubiera estado “pesado de comida”, habría atrapado al demonio contra todo peligro. Atholston relata que unos robustos campesinos de Sudbury capturaron un vampiro en un cementerio y lo arrojaron en un abrevadero de caballos. (Parece creer que un criminal tan distinguido debió ser arrojado en un tanque de agua de rosas). El agua se mudó subitamente en sangre “y así continúa hasta el día de hoy”, escribe Atholston. Más tarde el bebedero fue drenado por medio de una zanja. A comienzos del siglo XIV un vampiro fue acorralado en la cripta de la catedral de Amiens y la población entera rodeó el lugar. Veinte hombres armados con un sacerdote a la cabeza, transportando un crucifijo, entraron y detuvieron al vampiro que, pensando escapar mediante una estratagema, había asumido el aspecto de un conocido ciudadano, lo que no impidió que lo ahorcaran y descuartizaran en medio de abominables libertinajes populares. El ciudadano cuya forma había asumido el demonio quedo tan afectado por el siniestro episodio, que no volvió a aparecer en Amiens, y su destino sigue siendo un misterio.
Venganza: s. Roca natural sobre la que se levanta el Templo de la Ley.
Vidente: s. Persona, por lo general mujer, que tiene la facultad de ver lo que resulta invisible para su cliente: o sea, que es un tonto.
Zeus: s. Rey de los dioses griegos, adorado por los romanos como Jupiter, y por los norteamericanos como Dios, Oro, Plebe y Perro. Algunos guías que han acariciado las costas de América, entre ellos uno que pretende haberse internado a una considerable distancia, piensan que esos cuatro nombres representan a cuatro divinidades separadas, pero en su perpetua obra sobre creencias Superéstites, Frumpp insiste en que los oriundos son monoteístas, y que ninguno tiene otro dios que si mismo, a quien adora bajo muchos nombres sagrados.
BWAHAHAHAAAHA!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario