(Microrrelato
perteneciente a "Los hijos de los días", de Eduardo Galeano.)
En
algún día como hoy, día más, día menos, el arcángel Gabriel bajó del cielo y la
Virgen María se enteró de que el hijo de Dios habitaba en su vientre.
Las
reliquias de la Virgen se veneran, ahora, en numerosas iglesias del mundo:
Zapatillas
y pantuflas que ella usó; camisones y vestidos que fueron suyos; cofias,
diademas, peines; velos y cabellos; y sus cuatro anillos nupciales, aunque ella
se casó una sola vez.
BWAHAHAHAAAHA!
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