(Microrrelato
perteneciente a "Los hijos de los días", de Eduardo Galeano.)
Según
la Biblia, Salomón, rey de Israel, no tenía una buena opinión de la risa:
-Es
locura.-decía.
Y
sobre la alegría:
-¿De
que sirve?-
Según
los evangelios, Jesús nunca rió.
El
derecho de reir sin cometer pecado, tuvo que esperar hasta que en la ciudad de
Asís nació, en el dia de hoy de 1182, un bebé llamado Francisco.
San
Francisco de Asís nació sonriendo, y años después instruyó a sus monjes
discípulos:
-Sean
alegres. Guardense de aparecer tristes, ceñudos, hipócritas…-BWAHAHAHAAAHA!
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