Un señor cruza distraído la calle y lo atropella un coche y pierde un brazo. Una monja le dona el suyo y el hombre queda repuesto. Meses más tarde, va a revisión clínica, y el médico le pregunta cómo va todo. El paciente contesta:
-Muy bien. El brazo me cocina las tortas riquísimas y....-
El médico pregunta:
-Pero cómo, y estas quemaduras?-
-Ah, es que cada vez que voy a mear tengo que quemarlo con el cigarrillo para que me la suelte...-
BWAHAHAHAAAHA!
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