Dos monjas encargadas de hacer la compra en un convento de clausura, salen con el coche el convento y al doblar la esquina se encuentra con policía de tránsito.
El policía las detiene y se baja y cierra la bragueta. Dice una de las monjas:
-Qué suerte, otra vez la prueba de alcoholemia!-
BWAHAHAHAAAHA!
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