En 1918, en
Moscú, en plena efervescencia revolucionaria, Anatoli Lunarcharski encabezó el
tribunal que juzgó a Dios.
Una Biblia fu
esentada en el banquillo de los acusados.Según el fiscal, Dios había cometido, a lo largo de la historia, numerosos, crímenes contra la humanidad. El abogado de oficio alegó que Dios era inimputable, porque padecía demencia grave, pero el tribunal lo condenó a muerte.
Al amanecer del día de hoy, cinco ráfagas de ametralladora fueron disparadas al cielo.
BWAHAHAHAAAHA!
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