(Microrrelato
perteneciente a "Los hijos de los días", de Eduardo Galeano.)
En
el día de hoy de 1948, nació el estado de Israel.
Pocos
meses después ya había más de ochocientos mil palestinos expulsados, y más de
quinientas aldeas demolidas.
Esas
aldeas, donde crecían los olivos, las higueras, los almendros y los árboles
frutales, yacen sepultadas bajo las autopistas, los centros comerciales y los
parques de diversiones. Son muertas sin nombre. El comité de Nombres de las
nuevas autoridades ha rebautizado el mapa.
Ya
poca Palestina queda. La implacable devoración del mapa invoca títulos de
propiedad, generosamente otorgados por la Biblia , y se
justifica por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió.
La
cacería de judíos fue, siempre, una costumbre europea; pero los palestinos
pagan esa deuda ajena.
BWAHAHAHAAAHA!
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