(Microrrelato
perteneciente a "Los hijos de los días", de Eduardo Galeano.)
Ya
el siglo veintiuno lleva unos años caminando en el tiempo, y suman mil millones
las gentes sin casa.
Buscando
solución a este problema, los expertos están estudiando el cristiano ejemplo de
san Simeón, que vivió treinta y siete años domiciliado en una columna.
En
las mañanas, san Simeón bajaba, para rezar sus oraciones, y en las noches se
ataba, en lo alto de la columna, para no caerse mientras dormía.
BWAHAHAHAAAHA!
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