(Microrrelato
perteneciente a "Fábulas fantásticas", de Ambrose Bierce.)
-La
nuestra es una vida de autosacrificio.-decía un clérigo.-Mientras otros corren
atrás de la ganancia y el placer, nosotros vemos arder el aceite de medianoche
estudiando como cascar las más duras nueces teológicas. Y todo ¿por qué
recompensa terrestre?-
-Bueno,-dijo
su feligrés, meditativamente.-están las almendras, por ejemplo.-
BWAHAHAHAAAHA!
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