Ocurrió
en España, en un pueblo de La
Rioja , en el anochecer de hoy del año 2011, durante la
procesión de Semana Santa.
Una
multitud acompañaba, callada, el paso de Jesucristo y los soldados romanos que
lo iban castigando a latigazos.
Y
una voz rompió el silencio.
Montado
en los hombros de su padre, Marcos Rabasco gritó al azotado:
-¡Defiendete!
¡Defiendete!-
Marcos
tenía dos años, cuatro meses y veintiun días de edad.
BWAHAHAHAAAHA!